iDJuan Campechano Covarrubias1
1Instituto Global de Estudios Sindicales y Educativos, SNTE. Correo electrónico: juancampechano.covarrubias@gmail.com.
En el presente ensayo se reflexiona sobre los cambios que a nivel geopolítico y económico tendrá la pandemia de la covid-19. Las transformaciones posibles en los sistemas educativos y la educación, su papel social, económico y político en la nueva reconfiguración global. A partir del supuesto de la creciente desigualdad entre países, comunidades y grupos sociales, se indaga sobre los efectos diferenciales que tendrá la pandemia en los sistemas de salud, educativos y del sistema socioeconómico en su conjunto. Se concluye en la necesidad de que se fortalezcan los sistemas de seguridad social, incluyendo la salud y educación. Que los desafíos de estos tiempos de confinamiento nos lleven a revalorar la vida, la salud y el bienestar de las personas por encima de los intereses económicos.
This essay reflects on the geopolitical and economic changes that the covid-19 pandemic will have. Possible transformations in education and education systems, their social, economic and political role in the new global reconfiguration. Based on the assumption of growing inequality between countries, communities and social groups, it is investigated the differential effects that the pandemic will have on the health, educational and socioeconomic systems as a whole. It concludes on the need to strengthen social security systems, including health and education. Wish that the challenges of these times of confinement lead us to revalue the life, health and well-being of people, above economic interests.
En el Instituto Global de Estudios Sindicales y Educativos (IGESE-SNTE) se realiza un estudio sobre el impacto que la sociedad de la información y la globalización tendrán sobre las organizaciones sindicales. Toda la actividad cotidiana cambió cuando en la última semana de marzo de 2020, después de que se declaró a la covid-19 como pandemia, se establecieron una serie de medidas sanitarias que implicaron la suspensión de actividades económicas no esenciales, lo que incluyó la suspensión de las clases presenciales en las escuelas desde el nivel básico al superior. El turismo, que es una de las principales actividades económicas de México, se vio afectado por la suspensión de vuelos y el cierre de hoteles. Al coincidir con un periodo de actividad vacacional como lo es la Semana Santa y la de Pascua, el impacto comenzó a sentirse a finales de abril, mayo y junio. Se discutía en ese entonces si se regresaría a la “normalidad” o a una “nueva normalidad”.
A nivel mundial la pandemia ha tenido un manejo e impacto diferenciado de acuerdo con las condiciones de los países y regiones del mundo. Si bien muchas de las acciones y medidas son parecidas, existen también diferencias importantes. Las regiones más afectadas con muertes y contagios están siendo América y Europa. Al ser un fenómeno a escala global todavía en desarrollo e inédito, sólo se pueden aventurar hipótesis sobre cuánto tiempo durará y las consecuencias sociales, económicas y políticas que tendrá. El desarrollo de diversas vacunas y la autorización de emergencia para su empleo traen esperanzas para el control de las afecciones del sars-Cov-2. Pero también las variantes del virus generan nueva incertidumbre e interrogantes.
Se habla y comenta acerca de los efectos que la suspensión de actividades escolares tiene en los niños, las clases perdidas, los efectos emocionales, el abandono escolar. La efectividad o los problemas de la educación a distancia.
En este ensayo trataré de responder a las siguientes preguntas: ¿qué efectos planetarios y geopolíticos tendrá la pandemia de la covid-19? ¿Cuál será el papel de la educación en la transformación geopolítica derivada de la pandemia de covid-19? ¿Cómo se están modificando los sistemas y procesos educativos derivados de los efectos sociales de la pandemia de covid-19? ¿Qué cambios en los sistemas educativos continuarán después del control de los efectos de la covid-19? Al buscar responder estas preguntas se debe tener en cuenta su provisionalidad. En tiempos de incertidumbre y complejidad, con cambios en diferentes direcciones, sólo se pueden tener respuestas provisionales y que pueden incurrir en un margen de error o equivocación. Sin embargo, nada se crea por generación espontánea. Lo que está pasando en las sociedades ha llevado años en gestarse, de algunos grandes cambios o transformaciones en el mundo, la pandemia de covid-19 sólo será el detonante. Este tiempo de retos y desafíos es también de oportunidades; reflexionemos críticamente para mejorar las condiciones sociales actuales.
El desarrollo será en cuatro partes. En la primera se establecerán las condiciones geopolíticas y económicas en que surgió la pandemia de covid-19, y con base en ellas, las consecuencias que está teniendo en las diversas regiones del mundo. En la segunda parte se hablará de cómo los países fueron adaptando sus sistemas educativos al comportamiento y efectos de la pandemia. En la tercera parte se desarrollarán algunas suposiciones de los cambios en los sistemas y procesos educativos una vez que se logre el control de la pandemia. En el cuarto y último punto se establecerán algunas ideas a manera de conclusiones. Es necesario decir que lo que se expone a continuación son consideraciones de carácter personal, de las cuales asumo la total responsabilidad, y no soy el vocero oficial de mi organización sindical.
Lo que ha ocurrido durante el último año ha puesto en evidencia las zonas más luminosas y oscuras de los seres humanos y de las sociedades, esperemos salir fortalecidos y preparados para nuevas contingencias.
Hacia mayo de 2020 el dilema era: la salud o la economía. Para los países que habían establecido confinamientos rigurosos, la suspensión de la actividad económica no debería darse indefinidamente ante la perspectiva del colapso económico. Sin embargo, la pandemia exhibió las virtudes y defectos, las fortalezas y las debilidades de los sistemas de salud y la condición económica de los países. Sistemas sanitarios colapsados, grandes grupos de población sin empleo, ni ingresos y con problemas para llevar alimento a sus familias y problemas para pagar rentas y créditos, fueron algunos aspectos que se evidenciaron.
De manera muy esquemática, se puede decir que el modelo basado en una economía neoliberal está siendo duramente cuestionado. El inicio de la versión moderna de este modelo lo podemos ubicar en la década de 1980, teniendo como figuras emblemáticas a Ronald Reagan y Margaret Thatcher como dirigentes políticos de dos naciones poderosas. Dice Joseph H. Stiglitz:
Las políticas económicas keynesianas, que enfatizaban la forma en que el gobierno podía mantener el pleno empleo gestionando la demanda (mediante la política monetaria y fiscal), fueron sustituidas por políticas económicas de subsidio a la oferta, haciendo hincapié en que la desregulación y la reducción de impuestos liberarían y dinamizarían la economía, lo cual aumentaría la oferta de bienes y servicios y, por ende, los ingresos individuales (Stiglitz, 2020: 15 y 16).
Se fueron imponiendo como enfoques de política económica las ideas que establecen que primero se debe generar la riqueza y luego distribuirla, que lo importante son las ganancias y los beneficios, evitando las pérdidas y los gastos. El considerar que las regulaciones y controles del Estado y de los gobiernos sobre diferentes aspectos de la economía, como la regulación de los mercados financieros, son el problema y no la solución. Se consideraba que el libre mercado lo regularía todo. Se fue desarrollando un desmantelamiento sistemático del Estado de bienestar, porque se considera como un gasto a la seguridad social, la salud y la educación pública garantizadas a toda la población, lo cual propició el incremento de los servicios privados de salud, de educación, a las cuentas y ahorro individuales para el retiro, etc. Poco a poco se fueron retirando apoyos financieros y presupuestales a la educación, la salud, y al transporte público. Se generaron campañas para desacreditar los servicios públicos que ofrecían los Estados. Por ser cada vez más costosos y requerir más dinero público, se fueron modificando los sistemas de pensiones solidarios, para generar cuentas individuales y favorecer a las empresas financieras administradoras de fondos de ahorro para el retiro y el manejo de pensiones. Para el caso de América Latina, con algunos matices y particularidades, fue con los gobiernos de Víctor Paz en Bolivia (1985), Carlos Salinas de Gortari (1988), Carlos Saúl Menem de Argentina (1989) y Alberto Fujimori en Perú (1990), los que iniciaron con el desarrollo de ese enfoque.
Al observar los ciclos económicos se pueden ubicar los tiempos de crisis y de auge de las economías, tanto de los países como de las diversas regiones planetarias. El pensamiento económico que busca fomentar el libre mercado implicaba crear condiciones para la inversión. Principalmente a través de obras públicas y otros apoyos, principalmente financieros, con exención o bajos impuestos a las empresas y a la actividad financiera. Uno de los elementos fundamentales fueron los bajos salarios, la “flexibilización laboral”, y el abaratamiento de los costos vía la reducción del poder adquisitivo del salario o el despido de trabajadores ante cualquier problema de las empresas o negocios. Desde entonces, la deuda pública y privada se convierten en necesarias para darle liquidez al gobierno y las empresas, esto fue lo que marcó las economías y se profundizó en la década de 1990, principalmente en América Latina. Que de acuerdo con los tiempos y condiciones propias de cada país, luego devinieron crisis de la deuda. Paralelamente se puede observar cómo mucho del dinero que los gobiernos contrataban de deuda, salía luego de un tiempo como fuga de capitales cuando la “confianza de los inversionistas disminuía”. La salida de capitales, principalmente en dólares, propició renegociaciones, emisión de bonos y en ocasiones mayor endeudamiento (BID, 2007: 275-300).
Varios estudios e investigadores (Piketty, 2014; Milanovic, 2017; Oxfam, 2021) dan cuenta cómo se ha ido incrementando la desigualdad, tanto al interior de los países como en las diversas regiones del mundo. Se está evidenciando que la pandemia sólo la está profundizando.
Los problemas que vienen en las economías de los países serán parecidos a los ocurridos entre finales de 2007 y 2008. Es decir, problemas originados en la manipulación y formación de burbujas financieras. Actualmente originadas en la inyección de dinero a la economía. Lo que se posibilita con el desarrollo del fenómeno que Costas Lapa-vitsas denomina como “financiarización” que traslada los procesos de obtención de ganancias de la producción de bienes a la circulación del capital.
Dice Lapavitsas:
La circulación no crea valor; genera ganancias pero éstas se derivan mayoritariamente -aunque no exclusivamente- de la redistribución de plusvalía. Las finanzas son una parte de la circulación, pero también poseen mecanismos que permanecen al margen delcomercio de mercancías y de sus correspondientes flujos monetarios. El objeto comercial de las finanzas es el capital dinerario prestable, la piedra angular del crédito capitalista (Lapavitsas, 2016: 23).
Lo que estamos observando en muchos países para el manejo económico de la pandemia son las grandes cantidades de dinero generadas por los gobiernos a través de los bancos centrales y las entidades financieras. Principalmente vía la generación de bonos o contraer deuda soberana, para apoyar empresas y ciudadanos. Sin embargo, también podemos observar que, a pesar de los números rojos o quiebra de muchas empresas, el precio de sus acciones en las cotizaciones de la bolsa de valores está por las nubes. El juego con el dinero ha llevado a la aparición de fenómenos inéditos como los de WallStreetBets (WSB) con la manipulación al alza de las acciones de GameStop a través del uso de la aplicación Robinhood. La manipulación actual de la oferta de dinero y de los valores de las acciones, tarde o temprano tendrá efectos, como los de la crisis de los valores inmobiliarios de 2008. Economías que dan libre juego y rienda suelta a la ganancia sin producción. Al dinero que se respalda en los deseos del futuro y se endosa a las futuras generaciones.
En corto tiempo se hablará de ganadores y perdedores en el tiempo de la pandemia, podremos observar diferentes fenómenos, por sólo señalar cuatro: lo primero, la cantidad del número de muertos y contagios, podremos comparar los países de Asia y los de América, pero también a los de Oceanía y de África. Vendrán explicaciones de cómo se originó y propagó el sars-Cov2, por qué unos países tuvieron más contagios y muertos. Segundo, cómo se comporta el producto interno bruto (PIB) y en este rubro la balanza comercial de acuerdo con exportaciones e importaciones de cada país; por ejemplo, que nos dice comparar las importaciones y exportaciones entre China y Estados Unidos. Cómo creció la deuda y emisión de bonos de los países para responder al paro de la economía. Tercero, los paquetes financieros para responder a la crisis de la covid-19 y su destino, en términos de empresas o ciudadanos, y comparar el destino del dinero que se solicitó en préstamo o se emitió en bonos, o en paquetes de ayuda financiera a ciudadanos y empresas. Cuarto, las formas de afrontar la pandemia en términos de los sistemas de salud, alimentación y educación. Por la extensión del ensayo no presentaré cuadros ni cifras de los cuatro puntos anteriores. Lo cierto es que los ganadores serán los países que sufrieron menos afectaciones en la salud de sus ciudadanos y han puesto a funcionar sus economías y sistemas educativos. Pero sobre la covid-19 se pueden consultar los diferentes reportes, mapas y estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, o de la Universidad Johns Hopkins (Johns Hopkins Coronavirus Resource Center).
La pandemia tendrá diferentes efectos a diferentes niveles en lo geopolítico, económico y social. En primer término, se está observando un reacomodo de las potencias en el mapa geopolítico, con un declive de Estados Unidos como superpotencia, y la irrupción de nuevas potencias como China y Rusia. La pérdida de peso financiero y económico de países como Reino Unido y el desarrollo de regiones como la del Asia-Pacífico. Lo cual no estará exento de conflictos entre países, en el comercio, las finanzas o en algunos casos, militares. Comenzamos a verlo en los conflictos por la autorización, comercialización, distribución y uso de las vacunas contra el virus causante de la covid-19. De la diplomacia y la guerra comercial de las vacunas. Vendrán conflictos en el uso y valor de las divisas, a nivel del control del ciberespacio y del uso de la inteligencia artificial. En segundo lugar, la condición de los sistemas políticos y su vinculación con los sistemas de salud pública de los países está poniéndose a prueba. El manejo de la pandemia traerá caídas y surgimientos de partidos, gobiernos y orientaciones políticas. Se pueden dar muchos ejemplos de lo que está pasando en diversos países del mundo. Una de las características que definirá a los países ganadores será lo fortalecidos que salgan sus sistemas políticos, de salud pública y cómo resuelvan las afectaciones en los sistemas de educación pública. Un tercer aspecto se refiere al desarrollo de la digitalización y al uso de las tecnologías de la información y la comunicación. La cuarentena y el confinamiento llevaron a la aceleración de la banca, el comercio y formas de trabajo a través de los medios digitales con el uso de plataformas, páginas, aplicaciones y dispositivos. Al ir penetrando todos los eslabones de la economía, la digitalización modificará los sistemas económicos y la aceleración de los procesos financieros y de circulación del dinero. Esto requerirá nuevas competencias a desarrollar en los procesos y sistemas educativos. Si bien muchos organismos, gobiernos e instituciones en discursos y en algunas acciones, con diverso grado de éxito, continuidad y utilidad social impulsaron el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). La pandemia ha obligado al conocimiento y empleo intensivo de estos recursos en toda la población. Otra de las características de los ganadores será la rapidez con que desarrollen los cambios necesarios en sus sistemas educativos para hacerlos más flexibles, pero a su vez más complejos en diversos aspectos, como en el uso de las tic. Un cuarto y último aspecto se refiere a la modificación de las relaciones y condiciones sociales en familias, comunidades, países y regiones. La ideología que defendía al individualismo y al sujeto que podía todo por sí mismo quedó al desnudo en su imposibilidad. Afortunadamente en todos los países, en mayor o menor medida se observaron grandes redes de apoyo y solidaridad social. Se evidenciaron y acrecentaron problemas emocionales en los individuos, en las relaciones familiares y grupos sociales. Violencia contra las mujeres y niños, contra médicos y enfermeras, contra grupos étnicos. Quienes asumían como una virtud ser trabajadores independientes, quedaron en muchas ocasiones sin un medio, ni una red de protección social, de salud, emocional. La lógica que obedecía al negocio inmobiliario de concentrar cada vez más personas en menos espacio dificulta la convivencia y actividades de trabajo en casa; los grandes edificios y centros comerciales evidenciaron sus límites. La joya del ocio que era el turismo se vio frágil ante la cancelación de vuelos y movilidad de turistas a los grandes centros turísticos. Los países ganadores tendrán como característica la resiliencia emocional, el contar con el apoyo de familiares, amigos, comunidades, grupos sociales. Se establecerá un nuevo equilibrio entro lo individual y lo social.
Cuando se viaja por las ciudades del mundo, pareciera que se fueron desarrollando elementos comunes, principalmente relacionados con el comercio, las marcas y los patrones de consumo. Las grandes cadenas de venta de alimentos haciendo pequeñas variantes para adaptarse a la cultura local, pero en los grandes centros comerciales se fueron diseñando sus espacios para que un mayor número de personas realizaran el mayor consumo en el menor tiempo; esos grandes centros comerciales no son muy diferentes en Tokio, Bangkok, Moscú, Buenos Aires, Nueva York o la Ciudad de México. Entre más grandes las ciudades, más elementos comunes; sin embargo, en las comunidades pequeñas y en las ciudades rurales se observaban más diferencias. Es en las comunidades lejanas de las grandes urbes donde están más presentes los elementos culturales propios de los pueblos, en la alimentación, el vestido, las costumbres y la religión. La educación, al estar esencialmente ligada a los valores culturales, también tiene sus diversidades y complejidades a nivel nacional y en lo regional o rural. Teniendo como principal influencia al pensamiento económico hegemónico, se fomentaba el consumo de los últimos dispositivos electrónicos, la renovación de automóviles, las prendas que dictaba la tendencia de la moda. Las anteriores tierras de conquista y colonias se convirtieron en centros de producción de mano de obra barata y costos de producción que posibilitaban la mayor ganancia. Buena parte de la producción de bienes se trasladó a los países asiáticos. Mucho del potencial económico de China se originó en las fábricas e inversiones estadounidenses que garantizaban productos baratos a muy bajo costo con un buen margen de ganancia. A la educación se le exigió calidad, con sus tintes de eficiencia y eficacia. A pesar de la lógica empresarial que se introdujo en las políticas públicas, los sistemas educativos siguieron con las fortalezas y debilidades construidas a través de cientos de años. Se establecieron instrumentos y evaluaciones internacionales. Se definieron taxonomías de los países de acuerdo con los resultados de las evaluaciones. En algunos países se empeñó el futuro de familias a través de créditos para obtener una “buena educación” y que los hijos asistieran a las “mejores escuelas”. Todo se pretendía dejar a la oferta y la demanda. El mercado de las profesiones hacía que unas de ellas tuvieran un costo alto y fueran accesibles sólo a unos pocos, “los mejores”. Al impulsar la educación para la economía de mercado, y en una sociedad neoliberal, varios estudios humanísticos cayeron en descrédito y minusvaloración: ¿para qué sirven los filósofos, los lingüistas, los sociólogos?, ¿de qué vivirían? Se observaban casos como el de México, donde las carreras universitarias relacionadas con ciencia y tecnología tenían poca demanda. Sin embargo, poco a poco la educación superior se devaluó y los egresados no conseguían empleo. Y los empleos para profesionistas recién egresados eran mal remunerados. En esa misma lógica, quienes ingresaban a las escuelas de medicina eran pocos, y quienes egresaban como médicos ya estaban pensando en la especialidad. Las farmacéuticas y los hospitales privados hacían el gran negocio con las enfermedades que la dinámica social provocaba. Estábamos en esa lógica donde a la educación pública se le exigían mayores niveles de “calidad” con menos recursos, cuando llega la pandemia de la Covid-19.
Se inician entonces los confinamientos, en diferentes niveles de rigurosidad, con diferentes tiempos y de acuerdo con los periodos de baja o alza de contagios. Al suspenderse las actividades en las escuelas, los países debieron de adoptar diferentes medidas para tratar de continuar con el servicio educativo. La diversidad y complejidad de las naciones, las diferencias económicas, sociales y culturales de grupos e individuos se vieron con mayor claridad. En muchos países, incluyendo México, las escuelas privadas, principalmente las universidades, estaban en mejores condiciones de acceder a la educación virtual. Pero en las universidades públicas también había experiencias importantes, por ejemplo la UdeG Virtual.
Los países fueron adoptando diversas estrategias para desarrollar las actividades educativas de acuerdo con las políticas que fueron definiendo. Cuando países como México optaron por una educación a distancia con apoyo de las tecnologías de la información y la comunicación, salieron a la luz las grandes carencias en este rubro. La falta de conectividad y servicio de Internet principalmente en zonas rurales y comunidades de los pueblos originarios, falta de computadoras personales, tabletas o teléfonos inteligentes. Carencia de capacitación y de las habilidades digitales de los docentes en los recursos para la educación a distancia, la carencia de espacios para trabajo en casa. Poco a poco al irse evidenciando diferentes carencias para poder desarrollar la educación en línea, los docentes fueron desarrollando diversas estrategias y diseños de acciones y materiales para interaccionar y comunicarse con sus alumnos. Los países han dado respuestas diversas, de acuerdo con sus condiciones y posibilidades. En variados estudios y encuestas se ha observado cómo los usos de las tic en educación tienen diferentes proporciones de uso y empleo, que van de menor a mayor empleo conforme se avanza de los niveles de educación básica a la educación superior y de los niños pequeños a los adultos (OCDE, 2020; Heredia, 2010; Argüelles Cruz, Vicario Solórzano y Miranda [comps.], 2018).
Para el caso de la educación pública en México, ya va más de un año con las escuelas cerradas. A diferencia de otros países que han tenido periodos de apertura y cierres de los planteles escolares de acuerdo con las tendencias de crecimiento de contagios y hospitalizaciones. De vez en cuando se alzan voces y desarrollan campañas en los medios para la reapertura de las escuelas y el regreso a las clases presenciales. Se puede evidenciar que los principales promotores del regreso a clases presenciales y a la reapertura de las escuelas son principalmente los servicios privados, a diferencia de los servicios públicos, que, por las características de las escuelas, el espacio de los salones de clase y el número de alumnos presentan mayores complicaciones. Una vez que haya podido controlarse la pandemia y se busque regresar a las clases presenciales, crear condiciones para un regreso con ciertos niveles de seguridad sanitaria para niños y maestros, ello será algo difícil de lograr en corto tiempo para muchas escuelas del servicio público.
Lo que ha quedado claro es que la escuela y sus prácticas que se derivaron de la Revolución Industrial del siglo XVIII entraron en una profunda revisión. Estoy de acuerdo con Ángel I. Pérez Gómez que afirma:
La escuela que hemos heredado enfatiza la uniformidad, la repetición, el agrupamiento rígido por edades, la división y el encasillamiento disciplinar, la separación de la mente y el cuerpo, la razón y las emociones, los hechos de las interpretaciones, el trabajo intelectual y el trabajo corporal, la lógica de la imaginación, la racionalidad de la creatividad y el trabajo del ocio (Pérez Gómez, 2012: 19).
El modelo de escuela que reproduce los establecimientos industriales del siglo XVIII, con las grandes concentraciones en espacios reducidos, con grupos organizados por grado y edad, sujetos a horarios fijos, se está modificando en los hechos. Hoy, con el teletrabajo se está cuestionando su necesidad para propiciar el aprendizaje. No todos los procesos educativos pueden ser virtuales. Por ejemplo, la socialización en niños pequeños o ciertas habilidades y destrezas en las profesiones. Pero el confinamiento de los niños en casa, las escuelas cerradas y los padres y maestros haciendo esfuerzos por avanzar en los programas escolares, pusieron en su lugar los intereses y necesidades a las que responde la lógica escolar. Modificaron la apreciación del espacio y el tiempo escolares. El confinamiento y la búsqueda de aprendizajes a sana distancia dieron cuenta de las grandes diferencias y condiciones sociales de los alumnos y sus maestros. De la complejidad de desarrollar procesos de aprendizaje a la distancia con los medios y recursos que se tienen a la mano. En ocasiones llevó a los maestros a conocer e interactuar con cada uno de sus alumnos más profundamente que en el salón de clases. Actualmente los horarios están sujetos a las condiciones de los alumnos y sus hogares. Muchos docentes, principalmente los de educación secundaria, ven cómo su horario de trabajo se ha extendido.
Para el caso de México, partir del inicio del ciclo escolar 2020-2021, para la educación básica, se incorporó mediante convenios a las cadenas de televisión nacionales, regionales y universitarias para programar horarios con contenidos y clases para los diversos niveles (preescolar, primaria, secundaria, educación inicial, indígena, especial, etcétera). Es prematuro emitir juicios sobre el impacto que tendrán todas estas acciones. Será difícil considerar que algún país tuvo mejores o peores resultados educativos sin tener en cuenta las condiciones específicas a las que se tuvo que dar respuesta. Lo cierto es que las experiencias que fueron desarrollando países, instituciones, políticas públicas de gobierno, con sus experiencias de universidad virtual, o el dotar de equipos de cómputo a los estudiantes en estos tiempos adquirieron mayor importancia. O los programas de capacitación a los docentes en competencias digitales y su aplicación a la educación, serán motivo de una profunda revisión.
Para el caso de la educación superior a nivel mundial, se están observando señales contradictorias; por una parte, los congresos internacionales han podido realizarse en línea, y eso ha posibilitado participar en un mayor número de ellos, sin los trámites migratorios y gastos que representaba trasladarse a otros países. El contacto con colegas en otros continentes se ha vuelto más fluido y en tiempo real. Por otra parte, las experiencias de estudiantes de intercambio o que estudiaban en otro país, dieron cuenta de la dificultad de estar ahí en tiempos de pandemia. Comenzamos a observar cómo los estudiantes extranjeros de países en disputas económicas o políticas son expulsados por razones no académicas. El vínculo de la investigación y la industria debe ser revisado en diversas áreas; por ejemplo, la experiencia con la investigación, autorización, producción, distribución y acceso a las vacunas contra el sars-cov2. En aspectos vitales como el acceso a las vacunas, las diferencias geopolíticas, los intereses de los países y las industrias, han pesado más que procurar la salud de la población mundial y salvar vidas. Las tendencias mundiales que se observaban en el desarrollo de la inteligencia artificial, el big data, las aplicaciones, las redes sociales, si bien demostraron su utilidad, también los riesgos con la proliferación de noticias falsas, censuras, y el incremento o nuevos delitos en línea o a través de los dispositivos de comunicación. Al incrementarse el trabajo en casa se hicieron necesarios mejores dispositivos, mejor conectividad, mejores espacios en casa para habitar y trabajar. La necesidad de convertir o adaptar los perfiles de negocios presenciales a servicios a domicilio de restaurantes, tiendas de autoservicio, de los grandes almacenes, entre muchas otras actividades han abierto grandes posibilidades de desarrollo para diseñadores, programadores, especialistas en mercados digitales (emarketing). El rango en que se establecieron las prioridades entre la salud y la economía en las diferentes sociedades se puede observar en sus políticas públicas. Para el caso de los trabajadores de la educación y de la salud, la precariedad laboral, los contratos, los bajos sueldos y las extenuantes cargas de trabajo han generado en muchos países intensas movilizaciones y protestas, como en Italia, España, Brasil, Perú, etc. La educación en todos sus niveles se irá reestructurando de acuerdo con las necesidades y prioridades que se definan, pero educar para una vida saludable, para ser ciudadanos informados y críticos, para buscar una buena calidad de vida, para ser solidarios y establecer redes o sistemas de apoyo será importante. Luego se puede pensar una economía para qué y cómo. La inteligencia artificial para qué, el desarrollo de algoritmos y big data para qué, nuevos dispositivos electrónicos para qué. Pero en diferentes áreas del conocimiento y la innovación será más importante el factor humano, la calidad de vida, y no la ganancia o el lucro que busca sólo el beneficio de unos cuantos, pasando por el sacrificio de la calidad y esperanza de vida de la mayoría.
La vida y el tiempo en las escuelas transcurren a diferente ritmo que en la industria o el comercio. La mayoría de las innovaciones y el nuevo conocimiento se están desarrollando principalmente a partir de su utilidad económica, militar o política. Al igual que para el comercio y las finanzas, en educación el confinamiento ha obligado al uso, la aceptación y empleo de los teléfonos inteligentes, de las computadoras y las redes sociales como medios para la enseñanza y el aprendizaje. Pero también evidenció la brecha o pobreza digital entre regiones y grupos sociales. Las desigualdades sociales y económicas pueden manifestarse en los diferentes aspectos del acceso y uso de las TIC.
La desigualdad social y económica entre regiones, países y comunidades también se observa en la educación. En tiempos previos a la pandemia se observaba cómo se incrementaban los establecimientos de educación privada, se desarrollaban campañas que pretendían demostrar que la educación privada era de “mejor calidad” que la educación pública.
Por parte de los docentes se han tenido que adquirir nuevas competencias y habilidades para el uso de las tic y la educación a distancia por medio de la televisión y el radio. Por ejemplo, el uso de las plataformas como Classroom o Zoom.
Se han evidenciado nuevas necesidades de aprendizajes como la inteligencia socioemocional, la educación para la salud y la comunicación mediada por dispositivos digitales. Aunque los fenómenos relacionados con los efectos del confinamiento en los sentimientos y emociones será más difícil conocerlos en toda su extensión a corto plazo.
Los docentes han visto la complejidad y diversidad de las condiciones personales y familiares de sus alumnos (vivienda, recursos digitales, formación de los padres, uso de lenguas originarias, etcétera). No se ha cuantificado el número de alumnos que han abandonado las clases y quienes ya no regresarán a las escuelas. Para el caso de México, el INEGI registra que 2.3 millones de estudiantes no se registraron en el ciclo escolar 2020-2021 por causas asociadas a la covid-19.
Los docentes han necesitado cambiar sus prácticas y adaptarse a horarios no establecidos de trabajo, mayor tiempo en la planeación y preparación de actividades, horarios diversos para atender a sus alumnos. El tiempo y el espacio como referentes de la actividad escolar ya no tienen el peso que tenían. Los alumnos pueden ver clases en diferentes horarios y las preguntas o tareas pueden realizarse en diferentes momentos a través de los recursos digitales o impresos. Se tiene otra perspectiva del proceso de aprendizaje, de los recursos y las actividades que se pueden realizar para lograrlo.
Considero que algunas de las características que tendrán los sistemas educativos después de superada esta pandemia serán: 1. En todos los niveles del sistema educativo se replantearán los valores y finalidades de los sistemas educativos, priorizando la salud y el bienestar de las personas. Lo social y humano volverá al centro, incluso la inteligencia artificial, la robótica se desarrollarán más en función del bienestar humano. 2. Todo el ecosistema de las tecnologías de la información y la comunicación será sujeto de escrutinio, de litigio legal y político. Será un factor de conflicto y de estrategia geopolítica. Se desarrollará e innovará a pesar de los riesgos que traerá consigo, principalmente como recursos de manipulación y control. 3. Los sistemas educativos se volverán más flexibles y complejos, se desarrollarán sistemas híbridos de presencialidad y virtualidad, se acelerará la necesidad de considerar un derecho y bien común a la conectividad, el wifi gratuito y para toda la población. Maestros y alumnos acelerarán el desarrollo de competencias digitales. El trabajo docente incluirá el teletrabajo y los medios tecnológicos como demandas laborales. 4. Las universidades y centros de investigación modificarán las orientaciones, la configuración de escuelas y facultades para incluir profesiones en desarrollo como el emarketing, el diseño, aplicación y desarrollo de plataformas y aplicaciones en la web, el uso de entornos virtuales para la enseñanza y el aprendizaje. Pero también ámbitos como la psicología van a incluir desarrollos profesionales en torno al manejo emocional y sentimental del confinamiento, la ansiedad y angustia. Técnica para el desarrollo de la resiliencia y la inteligencia emocional. 5. Se aproximan conflictos entre potencias emergentes y las que están en declive. Los conflictos comerciales pueden derivar en pugnas financieras o militares; el conocimiento, la investigación y la educación, al ser un valor agregado importante, serán factores a considerar en esos conflictos. El sentido de los valores y el espíritu de la universidad se pondrán a prueba. Como profesor y trabajador ligado a la educación y el conocimiento, espero que la colaboración en torno al saber, la altura de miras, el intercambio de conocimientos y el bien común se impongan por sobre otros intereses. En tiempo en que las redes de conocimiento global son muy importantes, se gestan conflictos y condiciones que volverán difíciles los intercambios entre personas y países.
Las dificultades económicas, sociales y de salud propician acciones descabelladas que implican el sufrimiento de muchas personas; a nivel mundial el panorama no es muy halagador. Hoy que el conocimiento y el saber que se transmite desde la educación básica hasta la universitaria requiere refrendar su valor universal, frente a un conjunto de prejuicios nacionalistas, racistas, xenófobos que lo amenazan. A nivel de educación superior será importante como nunca refrendar el valor de la autonomía, de su espíritu universal, humanista. El papel del conocimiento y de los universitarios será contribuir al desarrollo y el bien humano, no a su destrucción.
La pandemia será como un catalizador para muchos cambios en el mapa geopolítico mundial, esos cambios se han gestado desde hace tiempo, no serán generados por ella. Habrá ganadores y perdedores. Unas potencias iniciarán su declive y otras iniciarán su ascenso. Lo cual tendrá consecuencias en la salud pública, en las economías, en las políticas, y en los sistemas y prácticas educativas y en otros ámbitos; los cambios en las naciones estarán en función de las condiciones previas, en cuanto a su fortaleza económica o política, entre otros condicionantes y el manejo que hicieron de la contingencia sanitaria.
La pandemia aceleró la adopción de las tecnologías de la información y de los medios de comunicación como recursos para el aprendizaje y de enseñanza. Sin embargo, las estrategias diseñadas por los gobiernos estuvieron en función de las condiciones reales en las que se pretendieron aplicar. En este punto, el papel de los maestros y las comunidades educativas fue fundamental. Cuando las condiciones sociales no permitieron la educación vía las TIC, los docentes adoptaron múltiples estrategias para llevar las experiencias de aprendizaje a sus alumnos.
Para el caso de los docentes, en caso de prevalecer por mucho tiempo estas condiciones se deberán revisar y acordar nuevas condiciones laborales, salariales, de salud, de sus prestaciones para realizar adecuadamente sus labores educativas.
Hoy más que en otro tiempo se valora la salud física y psicológica, la vida saludable. Los docentes están adaptándose y empleando las TIC como recursos esenciales para el proceso educativo. Conocer cómo se está modificando el proceso de aprendizaje mediado digitalmente o a través de los medios, es algo que necesitaremos investigar con más profundidad.
La educación universitaria también tendrá transformaciones, principalmente redefiniendo sus prioridades y propósitos, los valores que orientan sus acciones. Se observan instituciones y comunidades universitarias trabajando comprometidamente para sacar adelante a sus comunidades en la contingencia. La respuesta individual y comunitaria a esta contingencia remodelará programas, contenidos, métodos y recursos educativos.
Es muy probable que la covid-19 no será la única pandemia en este siglo, no se puede pronosticar la rapidez o temporalidad en que se presentará la próxima contingencia. La globalización no sólo trae beneficios a nivel comercial y financiero, sino también en la rapidez y la rápida evolución de la pandemia que se dio en función de cómo se definen y desarrollan las cadenas de valor económicas a nivel mundial.
En el futuro próximo la educación y el conocimiento, como factores esenciales en esta sociedad, serán objeto de utilización en los conflictos geopolíticos que vienen. Sin embargo, las redes colaborativas y de conocimiento se han desarrollado como nunca. El intercambio y la movilidad de los investigadores y docentes esperemos siga para beneficio de todos. Apostemos por una circulación libre de los docentes y conocimientos. Del respeto al papel de la universidad y la educación en la sociedad.
Pronto el derecho a la conectividad gratuita y reducir la brecha digital será una demanda social importante, una demanda como derecho humano.
Pareciera prematuro aventurar estas afirmaciones, sin embargo es necesario ir reflexionando sobre los cambios que se están gestando. A nivel de opinión pública hemos observado cómo la pandemia ha mostrado la parte más oscura y retrógrada de las sociedades y los individuos, pero también páginas heroicas de compromiso y solidaridad social. Como universitarios tenemos el deber de contribuir en la medida de nuestras posibilidades para lograr una sociedad mejor.
Referencias bibliográficas