Introducción

La población saharaui estimada que vive en el exilio a causa de la invasión mauritana y marroquí de 1975 oscila en la actualidad en 173,600 refugiados.1 La gran mayoría vive en los campos de refugiados de Tinduf, Argelia,2 y representa uno de los fenómenos de desplazamiento forzado3 más largos de la historia contemporánea (47 años hasta 2022).

Lo cual ha ocasionado, por ejemplo, que varias generaciones de personas refugiadas saharauis no conozcan su territorio y dependan de la cooperación y ayuda internacional (Acnur, 2020; Acaps, 2022). Esto ha congregado a la comunidad internacional, entre ésta al Estado de Argelia, a los organismos internacionales y a la sociedad civil organizada a movilizar recursos (técnicos, económicos, humanos) para gestionar la crisis humanitaria que se vive en los asentamientos de refugiados debido al territorio árido no propicio para cultivo ni pastoreo.

Por lo tanto, este artículo tiene como finalidad analizar el papel de la cooperación internacional en la gestión de los campos de refugiados en Argelia, para generar conocimiento desde y para el campo de las relaciones internacionales, a partir del inicio del éxodo (1975-1976) hasta el 2022. La pregunta central de la que parte este estudio de caso es: ¿qué papel tiene y ha tenido la cooperación internacional en la gestión de los campos de refugiados saharauis en Argelia? La metodología empleada para el artículo fue la investigación documental, ya que se revisaron fuentes de información secundarias, mismas que permitieron generar conocimiento sobre el tópico central que aquí se revisa.

En el primer apartado se abordan los antecedentes en torno a las causas del desplazamiento y asentamiento de los saharauis en Argelia, después se comparten algunos conceptos relacionados con la cooperación internacional para comprender el tema central, enseguida se documentan los principales esfuerzos de cooperación hacia los asentamientos saharauis, y finalmente se exponen algunas reflexiones generales a manera de balance sobre el tópico.

Antecedentes del desplazamiento saharaui a los campos de refugiados4

La crisis de los refugiados saharauis inició con la ocupación de su territorio -Sahara Occidental- situado en el norte de África o en la región conocida como Magreb (mezcla étnica entre lo árabe y lo bereber) por Marruecos y Mauritania en 1975, cuando la España5 franquista, haciendo caso omiso de los compromisos con el pueblo saharaui ante Naciones Unidas, quien en 1963 incluyó al territorio como autónomo, entregó el territorio en el marco de los acuerdos tripartitas de Madrid, donde se “cedía” la administración del Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania (Sidi, 2010; Petrich, s/f; Ruiz, 2014; Mateo, 2016).

Marruecos obtuvo los dos tercios del norte del área y, en consecuencia, el control sobre los fosfatos; Mauritania obtuvo el tercio restante en la zona sur. Anterior a este reparto, al inicio de los años setenta surgió un movimiento insurgente, el Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro)6 con el objetivo de garantizar la independencia del territorio recién liberado por España (Jensen, 2013). Al dejar España el territorio repartido entre Marruecos y Mauritania, el conflicto no se hizo esperar.

En 1975 el pueblo saharaui se adhirió al Frente Polisario y con ello se proclamó la unidad nacional (Mateo, 2016). En 1976, el Frente Polisario declaró un gobierno en el exilio de lo que llamó República Árabe Democrática del Sahara (RADS, un gobierno reconocido por más de 80 países) y continuó haciendo frente mediante enfrentamientos armados contra Mauritania y Marruecos, quienes iban avanzando en su ocupación del Sahara Occidental.

Derivado de los enfrentamientos, según Mateo (2016: 51): “El pueblo saharaui huyó hacia Argelia […]”. Es decir, a partir del inicio de las hostilidades entre las partes en el conflicto hasta la actualidad, ya van más de 42 años que la población saharaui se asienta en la región de Tinduf, territorio al sur de Argelia, frontera con el Sahara Occidental y Marruecos (Mathieu y Sahran, 2020).

Mauritania se retiró del combate y del Sahara Occidental, llegando a un acuerdo de paz (Acuerdo de Argel) con el Frente Polisario en 1979, fue entonces cuando Marruecos se anexó la parte de Mauritania en el Sahara Occidental (Mateo, 2016; Maghraoui, 2003). Argelia por su parte ha apoyado al Frente Polisario desde el inicio de las hostilidades, dejándolos tener base en su frontera con Marruecos, cuestión que ha sido tomada por Marruecos como una agresión, lo cual ha deteriorado las relaciones diplomáticas entre ambos países. Argelia tiene interés en desarrollar y mantener la presencia del Polisario, ya que, con su existencia, balancearía la presencia de Marruecos en la región (Maghraoui, 2003).

Es por ello que desde la declaración de la RADS se ha dedicado a hacer una campaña diplomática de reconocimiento en el continente. Esto llevó a que en 1982 la Organización para la Unidad Africana (OUA), posteriormente la Unión Africana reconociera a la RADS como integrante (en 1984), ocasionando que Marruecos abandonara la Unión. De esta forma, actualmente el conflicto del Sahara Occidental se encuentra protagonizado por el Frente Polisario (con apoyo de Argelia) y Marruecos, respaldado por Francia (desde el inicio de las hostilidades para enfrentar a Argelia, ante quien había perdido la guerra de descolonización) y, desde diciembre de 2020, por Estados Unidos (quienes reconocieron la soberanía marroquí del territorio saharaui a cambio del reconocimiento marroquí del Estado de Israel). Este apoyo de dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas mantiene el statu quo en la región (Mateo, 2016).

Las hostilidades y enfrentamientos en el territorio saharaui continuaron hasta 1991, ya que en ese año se logró un acuerdo entre las partes en disputa, auspiciado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Se creó la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO), quien tuvo como mandato la supervisión del cese al fuego y convocar a un referéndum, misión que hasta hoy no se ha logrado.

En la actualidad el Sahara Occidental sigue sin ser un territorio independiente, esto a pesar de que el 21 de noviembre de 1979 la ONU a través de la resolución 34/37 reconoció el derecho inalienable a la autodeterminación e independencia; además, 80% del territorio está controlado por el ejército marroquí, frente a 20% controlado por el Frente Polisario (Mathieu y Sahran, 2020).

Desde 1976 se observa el éxodo de la población saharaui asentada en el territorio ocupado históricamente por España, Mauritania y posteriormente por Marruecos, principalmente hacia Argelia. Las personas refugiadas contabilizadas hasta la fecha por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR por sus siglas en inglés) ascienden aproximadamente a 173,600. Ocasionando con ello que formen una minoría en Argelia, y enfrentados a pasar inseguridad alimentaria y, por ende, a depender de la ayuda humanitaria (Trasasmontes, 2011).

Cabe mencionar que, entre noviembre y diciembre de 2020, derivado de los nuevos enfrentamientos entre fuerzas militares marroquíes y el Frente Polisario en la frontera entre Marruecos y los territorios liberados del Sahara Occidental, han llegado a los campamentos de refugiados un estimado de 4,700 nuevos refugiados (Acaps, 2022).

Además, recientemente el Gobierno español, el 18 de marzo de 2022, a través de Pedro Sánchez (primer ministro) está de acuerdo con el reino de Marruecos sobre la autonomía del Sahara Occidental, coincidiendo con el Plan que Marruecos propuso desde 2007 como solución al problema. La propuesta busca incorporar a Marruecos el Sahara Occidental como una región autónoma. Con este suceso de índole internacional, se vislumbra una nueva etapa de las relaciones bilaterales entre España y Marruecos (La Información, 2022; León, 2022).

Esta situación y propuesta no es de agrado para el Frente Polisario, quien acusa a España de ceder a la presión y el chantaje de Marruecos, además de que con ello se afrenta la legitimidad internacional y los derechos legítimos del pueblo saharaui, con ello la autoridad del pueblo saharaui en el exilio rompe toda posibilidad de diálogo con España (La Información, 2022).

Asimismo, el Gobierno de Argelia rompió en marzo de 2022 relaciones diplomáticas con España, con quien además tiene un Acuerdo de Amistad y Cooperación, así como comercio internacional, principalmente de gas, mismo que hasta el momento (febrero de 2023) se mantienen congelados (Europa Press, 2023; León, 2022).

Contextualización y condiciones de la población saharaui en Tinduf

Tinduf es una región argelina donde se ubican varios campamentos de refugiados con nombres de ciudades del Sahara Occidental, Éstas son: Bojador, Dajla, El Aaiún, Auserd y Smara (el campo de refugiados más poblado), Rabuni (primer campo de refugiados instalado desde 1975 y actual capital político-administrativa), producto del desplazamiento forzado de la población saharaui desde el inicio de los enfrentamientos en 1975 (ACNUR, 2020; Oxfam, 2015; Mateo, 2016; Mathieu y Sahran, 2020).

Dicha región se encuentra en una geografía compleja debido a las condiciones climáticas que no permiten el florecimiento de la agricultura y muy poco la actividad productiva. No sólo esto, sino que el espacio concedido por Argelia al pueblo saharaui para asentarse es un espacio “desprovisto de toda historia y además lejos de las poblaciones argelinas”, aunado a que no interfiere en la forma de organización y previsión de seguridad y supervivencia, la cual está a cargo del Frente Polisario (Caratini, 2000: 432). Es decir, que Argelia renuncia a la gestión de los campos de refugiados ubicados en los límites de sus fronteras estatales (Mathieu y Sahran, 2020).

Mapa 1

Ubicación de los campos de refugiados saharauis en Tinduuf, Argelia

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Fuente: diagrama tomado de Oxfam (2015: 6).

En el informe técnico de 2015: 40 años de exilio: Los refugiados saharauis, ¿abandonados por la comunidad internacional?, de Oxfam, reporta que

[…] la situación humanitaria dentro de los campamentos es precaria y los sentimientos de enfado y frustración, sobre todo entre las personas jóvenes,7 va en aumento ante la inacción de la comunidad internacional. En este sentido, el hecho de que la región saharo-saheliana se vea amenazada por la inseguridad, la circulación de armas y los conflictos que la rodean acentúa la necesidad de que la comunidad internacional deba cumplir con sus compromisos (Oxfam, 2015: 5).

Mateo (2016: 115) esta situación la caracteriza como “crisis prolongada y permanente dependencia de la ayuda humanitaria”.

Como los campamentos de personas refugiadas se localizan en el desierto del sudoeste de Argelia, el agua es un recurso escaso que contribuye a que los problemas se potencien, pues es un recurso indispensable para la vida diaria de las personas. Las y los saharauis que han nacido y crecido en el refugio, se enfrentan a un panorama de disminución de la cooperación internacional.

Respecto a los problemas y retos socioeconómicos que enfrentan los campos de refugiados, algunos especialistas, entre ellos: Beristain y Lozano (2002: 28-36), Mathieu y Sahran (2020) y Acaps (2022) identifican una serie de problemas del desarrollo relacionados con los campos de refugiados:

El equipamiento, mismo que ha disminuido derivado de la disminución de recursos al ACNUR. Se reportaba la necesidad de mantas para las familias, se requiere renovar cocinas y sus utensilios. En materia de transporte se requiere reparar los vehículos disponibles para distribuir víveres, camiones para transportar gas, ambulancias, camiones cisterna, piezas de recambio, neumáticos y baterías.

Educación. Siempre se requiere estar reparando los centros educativos, renovación de materiales pedagógicos. Asimismo, si bien en el nivel educativo de primaria tienen una tasa de analfabetismo muy baja, no así sucede con el nivel secundaria.

Alimentación y nutrición. Entre los principales problemas relacionados con la nutrición están la anemia y la desnutrición. Asimismo, 30% de los refugiados sufren de inseguridad alimentaria, frente a un 58% de población que corre el riesgo de sufrirla. Para 2018, 94% de la población refugiada dependía de la ayuda humanitaria.

Salud. Siguen persistiendo problemas de salud mental, atención a la salud de personas de la tercera edad, baja cobertura de salud materna, entre otras cuestiones; 50% de los niños y niñas y mujeres padecen anemia.

El agua corriente y agua potable. A pesar de contar con pozos gestionados por el ACNUR, se identifican algunos riesgos asociados al agua, en particular la calidad de ésta, la oxidación de los tanques, entre otros.

Los propios dirigentes del Frente Polisario han reconocido que los campamentos y en general el pueblo saharaui en el exilio tiene necesidades, entre éstas, “malas casas” (Mateo, 2016).

Otro de los temas centrales en materia de seguridad que preocupan a la comunidad internacional relacionado con los campos de refugiados, es la asociación del Frente Polisario con el tráfico de drogas, armas y personas (Boukhars, 2012).

También, a partir de la entrada de remesas por parte de los saharauis en el exilio se ha ocasionado desigualdad y situaciones injustas al interior de los campos de refugiados, sobre todo ante la incapacidad de la autoridad del pueblo saharaui; a decir de Gómez (2010: 41): “la administración saharaui es incapaz de hacer circular el dinero entrante y de ayudar a las familias menos favorecidas, lo que genera la aparición de desigualdades y de situaciones injustas entre los propios refugiados”.

Apuntes conceptuales para el entendimiento de la cooperación internacional

Para el entendimiento de la cooperación internacional en favor del manejo de los efectos de la crisis humanitaria que vive la población saharaui en los campos de refugiados, es conveniente precisar algunas definiciones relacionadas con cooperación internacional, entendida Ésta como

[…] un instrumento complementario de promoción al desarrollo socioeconómico, ambiental y humano de los países en vías de desarrollo, a partir de un conjunto de actuaciones de carácter internacional, orientadas a buscar soluciones a los problemas tendentes a lograr mayores niveles de bienestar para los países (Prado, 2008: 138).

Por su parte, Keohane y Nye (1989) refieren que la cooperación es la coordinación de políticas y se produce cuando los actores “adaptan sus conductas a las preferencias presentes o anticipadas de otros” (p. 311). Esa coordinación de políticas es cooperar, es decir, conjuntar esfuerzos, objetivos, intereses, entendiendo que en la gestión de la cooperación se involucran una multiplicidad de actores (incluido el Estado) que coordinan esfuerzos para hacer frente a situaciones adversas al desarrollo; en este sentido

[…] la cooperación internacional al desarrollo comprende el conjunto de actuaciones realizadas por actores públicos y privados, entre países de diferente nivel de renta con el propósito de promover el progreso económico y social de los países del sur de modo que sea más equilibrado en relación con el norte y resulte sostenible (Ayala, 2012: 13).

Las acciones llevadas a cabo por los Estados, para este trabajo, se comprenden dentro del marco teórico del liberalismo. Esta teoría tiene diferentes derivaciones, entre las que destacan el internacionalismo liberal, el idealismo y el institucionalismo liberal. El primero se rastrea en el liberalismo político y económico desarrollado en el siglo XIX durante el periodo de la Ilustración. Su premisa máxima indica que el ser humano es innatamente bueno, racional, pero con capacidad de entender las reglas que gobiernan la naturaleza y la sociedad, y al entenderla tiene capacidad de mejorar su condición de vida desarrollando instituciones (Mingst, 2001). Uno de sus primeros exponentes fue Immanuel Kant, quien comentaba que la anarquía internacional podría ser superada mediante la acción colectiva (pensada como una federación de Estados soberanos) (Kant, 1991). Kant ya auguraba la cooperación entre Estados como un método alternativo para la solución de conflictos.

Por su parte, el idealismo también busca otras formas de acercamiento entre países, diferentes a la guerra. Woodrow Wilson hizo aportaciones a esta teoría mediante la promulgación de 14 puntos después de la Primera Guerra Mundial. Estos puntos reflejan su concepción de la realidad internacional. Para Wilson, la paz podría ser alcanzada mediante la creación de una organización internacional que regulara la anarquía mundial y se enfocara en garantizar la paz y seguridad internacional. Con esto se hacía una analogía del funcionamiento mundial con el del funcionamiento de un Estado (Sunagami, 1989), lo cual daba al control institucional y a los procesos democráticos un papel esencial para las relaciones pacíficas entre Estados.

Robert Keohane y Joseph Nye (1989) son considerados exponentes de la corriente liberal y dan la base para entender el institucionalismo liberal. Ellos introducen el concepto de “interdependencia compleja”, la cual plantea que todos los Estados están relacionados unos con otros y que existen más variables dentro del sistema internacional que muestran esas conexiones transnacionales. Bástese observar, dicen Keoahane y Nye, las relaciones comerciales, intercambios culturales, educativos, creados y facilitados por las organizaciones internacionales (Keohane y Nye, 1989). Así, le dan su trasfondo al institucionalismo liberal, a saber, que son las instituciones internacionales8 como las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, las empresas transnacionales, asociaciones, entre otras, las que limitan y condicionan las acciones de un Estado. Juan Pablo Prado Lallande (2014) es uno de los mayores exponentes del liberalismo institucional aplicado al contexto de la cooperación internacional. Este autor parte de la idea de que las instituciones internacionales tienen por objetivo asegurar la cooperación entre actores internacionales a lo largo del tiempo (Prado, 2014: 251).

En la práctica, la gestión de la cooperación internacional se da a través de diferentes modalidades, que a su vez tienen diferente origen y destino e involucran un número de actores (públicos, privados y/o mixtos) (Prado, 2016). Dentro de esta estructura del sistema de cooperación se encuentran la ayuda alimentaria, la ayuda humanitaria y de emergencia. La ayuda alimentaria se da en forma de ayuda oficial al desarrollo, que es una forma de cooperación concesionada por los países del norte global que por lo general integran el Comité de Ayuda al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Por otro lado, la ayuda alimentaria, la ayuda humanitaria, y de emergencia pueden provenir de organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para los Alimentos, o de otro país del sur global como China, por ejemplo.

Dos conceptos clave para el entendimiento de la cooperación internacional en los campos de refugiados saharauis son: el de ayuda humanitaria y de emergencia y el de ayuda alimentaria. Se entiende por el primero como la respuesta de apoyo de la sociedad internacional ante crisis humanitarias y emergencias, tales como los desastres naturales, las epidemias, plagas, o conflictos armados; ejemplo de estos son: los terremotos, sequías, inundaciones, huracanes, desplazamientos forzados, etc. La ayuda de urgencia se focaliza en grupos de población que sufren los efectos de los fenómenos antes mencionados. Respecto al segundo concepto, ayuda humanitaria, es cuando la sociedad afectada recibe socorro inmediato para revertir el daño ocasionado por los fenómenos y para satisfacer las necesidades inmediatas y básicas; entre el socorro que se presta, están: atención a heridos y enfermos, abastecimiento de agua y alimentos, saneamiento básico, albergue y cobijo, búsqueda de reunificación familiar, y de ayuda y protección (Ayala, 2012).

Por su parte, el concepto de ayuda alimentaria se refiere a

[…] la donación directa de alimentos o el acceso a líneas de crédito concesional, o bien, ayuda no reembolsable para la adquisición de productos alimenticios, a menudo ante situaciones de desabastecimiento alimentario, en países en desarrollo o ante situaciones de emergencia (op. cit.).

Finalmente, la canalización de los esfuerzos de cooperación entre los actores se concretiza a través de programas, planes y proyectos (siendo los instrumentos más utilizados en el mundo de la cooperación). Mediante ellos se busca que la transmisión de recursos sea coherente, eficiente y efectiva en atender los problemas del desarrollo. En el caso de los campos de refugiados se pueden ubicar proyectos de cooperación, los cuales se definen como un “conjunto de actividades integrales, cuyos propósitos están articulados a las metas y a los objetivos definidos en los planes y programas que lo anteceden” (Prado, 2008: 142).

A continuación se revisarán algunos esfuerzos de cooperación llevados a cabo por diferentes actores del sistema de cooperación internacional para el caso que nos ocupa, los campos de refugiados saharauis ubicados en Tinduf, Argelia.

Principales esfuerzos de cooperación internacional en los campos de refugiados saharauis en Argelia

Grande y Ruiz (2013) identifican que la cooperación internacional para la gestión de los campamentos de refugiados en Tinduf se ha dado en tres etapas: la primera se identifica desde el origen de los campamentos en 1976 hasta 1986 con la ayuda de Cuba9 y Argelia; la siguiente fase se acompaña con la intervención de organizaciones internacionales como las agencias de Naciones Unidas -el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA)-; y una tercera fase se relaciona con el aumento de la participación de las organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONGD), de países de Europa como Italia y España.

En la revisión de literatura especializada se han identificado algunos actores de la cooperación internacional que mantienen su solidaridad y apoyo a los campos de refugiados, entre ellos: el PMA de las Naciones Unidas distribuye de manera mensual alimentos a la población refugiada desde 1986. La distribución de los alimentos se hace a través de 100 puntos de distribución de paquetes con productos básicos (harina de trigo, cebada, azúcar, legumbres, arroz, guisantes, levadura y aceite) relacionada con la dieta de los saharauis. Además, el programa apoya a la población en uso de tecnología hidropónica para que cultiven el forraje para el ganado. En la actualidad administra sus operaciones desde Rabuni (Fernández, 2018; Mathieu y Sahran, 2020).

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados es otra agencia de la onu que gestiona los campamentos, tiene un edificio instalado en el campo de refugiados Rabuni; aunado a agencias bilaterales de cooperación internacional como la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) a través de su Oficina de Acción Humanitaria, ésta, a decir de Grande y Ruiz (2013): “ha considerado a la población saharaui dentro de sus prioridades geográficas en sus planes directores de cooperación” (p. 199). Cabe mencionar que la AECID es uno de los grandes donantes a los campos de refugiados (Langa, 2014), canaliza la cooperación a través de las agencias de Naciones Unidas, de manera directa y con su contraparte, la Oficina Técnica de Cooperación de Argelia con sede en Tinduf.

El caso español es muy interesante, ya que si bien son causa y respuesta al problema de los refugiados, pues por un lado como ya sabemos son la razón de la disputa de los territorios ocupados por parte de Marruecos, y por otra, son de los principales cooperantes con el pueblo saharaui viviendo en el refugio en los campos de refugiados, ello a pesar de que la población española desde 2012 tiene restringido viajar a los campamentos por cuestiones de seguridad, lo que limita la participación de organizaciones humanitarias en la zona (AECID, 2021).

Hasta 2021, la AECID tenía su estrategia de acción humanitaria 2020-2021 para la población refugiada saharaui con cuatro objetivos estratégicos: 1) contribuir a la cobertura de las necesidades de la población saharaui en los sectores de seguridad alimentaria y nutrición, y salud; 2) impulsar y apoyar actuaciones de protección a personas en situación de mayor vulnerabilidad con necesidades específicas; 3) promover y fomentar la coordinación de la ayuda en los campamentos con las comunidades autónomas (CCAA) y las entidades locales (EELL) y otros actores, y 4) visibilizar y hacer incidencia sobre la crisis saharaui en Naciones Unidas y la Unión Europea. Para 2021, la AECID había canalizado 7’498,888 euros (AECID, 2021).

Aunado a la cooperación del Gobierno central español, las regiones a través de sus gobiernos autónomos participan en la gestión de la cooperación (descentralizada), claro ejemplo es que en 2020 canalizaron 1.9 millones de euros con la finalidad de proporcionar asistencia humanitaria crítica a los refugiados saharauis en Tinduf durante los momentos álgidos vividos por la pandemia de covid-19 (AECID, 2020).

Asimismo, la sociedad civil organizada a través de organizaciones no gubernamentales para el desarrollo tuvieron y tienen gran presencia en los campos de refugiados, se pueden identificar ONGD de varios países, entre ellas organizaciones españolas como

Cruz Roja Española; Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad; Médicos del Mundo; Institutos de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional de la Universidad del País Vasco; Solidaridad Internacional de Andalucía; Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura; Comisiones Médicas; Asociación de Técnicas y Trabajadores sin Fronteras y Fundación Mundubat (Grande y Ruiz, 2013; 202; Trasasmontes, 2011).

De Francia, Triangle Génération Humanitaire y Enfants Réfugiés du Monde; de Argelia, Asociación de Mujeres Argelinas para el Desarrollo, Cruz Roja Argelina, SOS Femmes en Détresse y Recontre et Developpment; de Grecia, Médicos del Mundo de Grecia; de Bélgica, Oxfam Bélgica; de Suecia, EMAUS; de Alemania, Médicos Internacionales (Trasasmontes, 2011; Langa 2014). Las ONGD en general proveen diferentes apoyos en infraestructura y servicios sociales en educación, salud, población y salud reproductiva, abastecimiento y depuración de agua, gobierno y sociedad civil, sectores productivos, entre otros.

En su tesis doctoral, Mateo (2016) documenta acciones de comunicación para denunciar las violaciones a los derechos humanos del pueblo saharaui en los territorios ocupados por Marruecos sobre el Sahara Occidental realizadas con apoyo de la cooperación internacional; para ello y con la cooperación internacional, entre estas actividades se localiza el proyecto “ARTifariti”, el cual a partir de 2011 se realiza en los campamentos de refugiados en Tinduf (Argelia) para posicionar este espacio como territorio de resistencia y de lucha pacífica por la libertad, este proyecto es producto de la cooperación entre el Ministerio de Cultura de la RASD y la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, de Sevilla.

En materia educativa, muchos jóvenes en edad de estudiar la secundaria lo hacen en el extranjero, con apoyo de países “amigos”: España, Cuba, Argelia, Libia (durante el gobierno de Gadafi).

La gestión de los campos de refugiados saharauis se realiza de manera multiactor, dentro de los actores se localizan instituciones del sistema de cooperación internacional para el desarrollo.

Tabla 1

Actores de la cooperación internacional que gestionan los campos de refugiados saharauis en Argelia

Asunto de gestión Actores
Coordinación general de la gestión ONG, agencias del sistema de Naciones Unidas e instituciones saharauis del Frente Polisario.
Salud ACNUR, UNICEF, Médicos del Mundo, Médicos del Mundo Cataluña, Médico Internacional, Generación Triángulo Humanitario, Ojos del Mundo, e instituciones saharauis destinadas a la salud pública.
Agricultura PMA, Oxfam, África 70, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (italiano), instituciones saharauis.
Agua, Higiene y Asentamientos ACNUR, Solidaridad Internacional de Andalucía, Generación Humanitaria Triángulo, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, Movimiento por la Paz, Cruz Roja Española, e instituciones saharauis.
Medio de subsistencia, juventud y deporte Comité Internacional de la Cruz Roja, Consejo Danés de Refugiados, Generación Humanitaria Triángulo, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, Info´com, e instituciones saharauis.
Educación UNICEF, ACNUR, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, AFAD, Mundubat, Info´com, e instituciones saharauis.
Protección e inclusión ACNUR, Comité Internacional de la Cruz Roja, Generación Humanitaria Triángulo, Handicap International, e instituciones saharauis.
Seguridad alimentaria, logística y coordinación Programa Mundial de Alimentos, Oxfam, Asociación de Técnicos y Trabajadores Sin Fronteras, Cruz Roja Española, Cruz Roja Argeliana, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, Argeliana, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, Movimiento por la Paz, e instituciones saharauis.
Concientización y defensa Oxfam, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, e instituciones saharauis.
Construcción ACNUR, Oxfam, Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, Generación Humanitaria Triángulo, Cruz Roja Española, e instituciones saharauis.

[i] Fuente: elaboración propia con datos de Mathieu y Sahran (2020: 15 y 16).

Si bien durante más de cuatro décadas el pueblo saharaui ha recibido cooperación internacional al desarrollo en diferentes tipos de modalidades y provenientes de multiplicidad de actores, una de las iniciativas de cooperación que llama la atención es el programa Vacaciones en Paz,10 mismo que consiste en que

[…] durante los meses de verano, menores saharauis residen con familias españolas, pues en estos meses la vida en los campamentos se hace muy difícil debido a las temperaturas tan extremas que se alcanzan. Más de 9,000 niños entre 8 y 12 años se desplazan anualmente desde los campamentos a otros países, de los que más de 90% va a España (Grande y Ruiz, 2013: 205; Mathieu y Sahran, 2020).

Además, dicho programa trae consigo flujos económicos, ya que por cada niño o niña saharaui partícipe del programa, las familias españolas de acogida proporcionan una media de 600 euros por participante, esto es parte de lo que Gómez (2010) conceptualiza como economía del refugio.

Aunque los resultados que acarrean no son del todo positivos, puesto que

Cuantos más niños de una familia tengan edad de formar parte del programa, más posibilidades existen de recibir cantidades de dinero copiosas. Estas dinámicas generan, sin embargo, efectos adversos, ya que fomentan la formación de diferencias sociales (no todas las familias tienen uno o varios niños que puedan ir a España), así como la dependencia hacia una ayuda económica externa, que es por definición efímera (Gómez, 2010: 41).

Como se puede leer en el párrafo anterior, la cooperación internacional y la ayuda humanitaria hacia los campamentos de refugiados saharauis en el Tinduf es crucial para apoyar la sobrevivencia de éstos (Quesada et al., 2018). Cabe mencionar que los campamentos son administrados por el propio pueblo saharaui a través de su Gobierno en exilio como República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

Reflexiones finales

Para el pueblo saharaui asentado en los campamentos del árido e inhóspito Tinduf, la cooperación internacional, sea ésta cooperación técnica, ayuda humanitaria, ayuda de emergencia, cooperación descentralizada o cualquiera que sea su modalidad y/o multiplicidad de actores involucrados, tiene un papel central en la subsistencia de dichos campamentos, por lo menos al dotar de infraestructuras, servicios y necesidades básicas. En 2015 el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas alertaba que la seguridad alimentaria de los campos de refugiados estaba en “peligro”, ya que faltaban recursos económicos para la compra de alimentos básicos para la población, tan sólo se había cubierto la mitad del año, esto a pesar de los dos millones de euros que aporta España al PMA, más la cooperación de la Comisión Europea, Italia, Suiza y Estados Unidos (principales donantes). El PMA aporta 52% del valor calórico del pueblo saharaui (El País, 2015).

Resulta interesante el protagonismo de la cooperación oficial española, para quien cooperar con los campamentos de refugiados en Tinduf es una cuestión central y permanente; dicho protagonismo no se tomó en la descolonización de los territorios ocupados del Sahara Occidental, la cual quedó inconclusa y fue heredada a la comunidad internacional. Además, recientemente tanto el Gobierno de Argelia como el Frente Polisario rompieron diálogo y relaciones internacionales, lo cual puede afectar la ayuda humanitaria canalizada a los campos; indicios de ello, es que no hubo estrategia humanitaria para la población refugiada saharaui, la última se localiza hasta 2021.

Asimismo, al menos en el recuento del involucramiento de la sociedad civil mediante las ong de desarrollo indican que hay un interés no oficial de apoyar a paliar los problemas del desarrollo que se presentan en los campos de refugiados.

Sumado a lo anterior, a decir de Gómez (2010):

La cooperación ha influido más allá de los proyectos, lleva consigo conocimientos, relaciones personales y carga cultural, que se produce en ambas direcciones entre donantes y receptores. Los cooperantes e investigadores, que se llevan vivencias, ideas y pensamientos tienen un papel fundamental. La cooperación no sólo permite la alimentación del cuerpo y cubre sus necesidades básicas, sino que también satisface el espíritu (p. 40).

También los campamentos de refugiados, a diferencia de otros alrededor del mundo, son gestionados por la administración de la RASD en el exilio, lo cual lo hace único; sin embargo, ello no quiere decir que no tenga áreas de oportunidad; por ejemplo, en materia de derechos humanos existe una falta de rendición de cuentas por parte del Frente Polisario, lo cual parece irónico, ante una nación que lucha por sus derechos humanos (Amnistía Internacional, 2021).

Cabe mencionar que existe una observación de la Unión Europea sobre los recursos prevenientes de dicho organismo internacional sobre la forma de manejar la ayuda humanitaria destinada a los campos de refugiados de Tinduf y administrados por el Frente Polisario, se le cuestiona la utilización de recursos de 2003-2005 utilizados para adquirir equipo militar, con ello también quedan al descubierto los malos manejos de la cooperación, lo cual es grave y abona a la disminución de los flujos de la ayuda (Parlamento Europeo, 2020).

Aunado a lo anterior, el informe de OLAF (Oficina Europea de Lucha Antifraude, por su nombre en español) publicado en 2015 (redactado entre 2003-2007) señala que Argelia ha desviado gran parte de la cooperación vía ayuda oficial al desarrollo destinada a los campos de refugiados, en detrimento del pueblo saharaui. Un claro ejemplo de ello es el cambio de medicamentos y alimentos de “calidad” reemplazados por otros de menor calidad desde el puerto de Orán, Argelia, por “estafadores” que revendieron dicha ayuda en especie (Keenan, 2015).

Es importante tener en cuenta las relaciones internacionales actuales entre las principales partes involucradas en el conflicto del Sahara Occidental; en particular, a partir de las tensiones ocurridas en marzo de 2022 por el cambio de posición del Gobierno español sobre el Sahara Occidental, trae consigo la ruptura de las relaciones diplomáticas con Argelia, con quien mantenía una intensa relación comercial en materia de energía. Asimismo, las relaciones internacionales de Argelia con Marruecos siguen congeladas, ahora más tensas a partir de las declaraciones del Gobierno español, este último ya anda buscando salida a las crisis de energéticos que pueda traer la ruptura de relaciones con Argelia, ahora con el propio Marruecos.

La cooperación internacional en materia de refugio con el caso saharaui tiene lecciones aprendidas, sobre todo a partir de la cooperación española, quien identifica las siguientes oportunidades y retos: 1) responder a la pandemia de covid-19 de manera transversal en todas las intervenciones; 2) escasez de donantes y “fatiga del donante”; 3) la falta de avances a nivel político y la inestabilidad regional repercuten en un contexto complejo a efectos de seguridad, y 4) la capacidad de comprensión de los desafíos del contexto y sus especificidades (AECID, 2022).

Es menester dar seguimiento y analizar los esfuerzos de cooperación internacional al desarrollo que apoyan a los campos de refugiados saharauis, misma que ha transitado de ser asistencial a ser una cooperación cada vez más sostenible, que ayude a los campos de refugiados a llegar a la autosuficiente a largo plazo. Sin embargo, habrá que redoblar esfuerzos en la materia.

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Notes

[1] No se sabe el número exacto de población refugiada; asimismo, la cifra utilizada por organismos internacionales para planificar la ayuda humanitaria hacia los refugiados es de 90,000 personas (Acaps, 2022).

[2] Mateo (2020) menciona que en los campos de refugiados viven aproximadamente unas 170,000 personas.

[3] De acuerdo con el Banco Mundial, el desplazamiento forzado “se refiere a la situación de las personas que dejan sus hogares o huyen debido a los conflictos, la violencia, las persecuciones y las violaciones de los derechos humanos”.

[4] De acuerdo con la Convención de 1951, el término refugiado aplica para toda persona “Que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él”.

[5] País colonizador a través de protectorado del territorio desde 1884 y luego le entrega la clasificación de provincia en 1958 (Ruiz, 2014).

[6] La fecha de creación del Frente Polisario data de 1973.

[7] Cabe mencionar que la juventud, desilusionada por sus representantes —Frente Polisario—, se ha politizado y conforma cada vez más el movimiento de oposición (Omet, 2008).

[8] De acuerdo con Keohane, las instituciones internacionales son “el conjunto de reglas (formales e informales) persistentes e interconectadas que prescriben roles de comportamiento, constriñen actividades y moldean expectativas” (Keohane y Nye, 1989: 3). Dichas instituciones fomentan, promueven y aumentan los lazos de cooperación entre países para atender necesidades en común.

[9] El involucramiento de Cuba en África en los años setenta viene de la identificación de los intereses cubanos en los recién independizados países africanos. En el contexto de Guerra Fría, muchos de estos nuevos países querían la recuperación y control de sus propios recursos frente al imperialismo europeo. De ahí que hubieran apostado por el modelo soviético para la construcción de sus nuevos Estados. Es así como Cuba, buscando exportar la revolución, ha intervenido en África mediante apoyo militar y humanitario (Grabendorff, 1980).

[10] Programa de colaboración entre la Unión de Jóvenes Saharauis y los Amigos del Pueblo Saharaui de España, creado desde 1988.